Día 4: Peregrinación a la Basílica de la Patrona de Costa Rica

CENTROAMÉRICA | 14-ENE-2019

Inspirados en los grandes peregrinos de la historia (Abraham, Moisés, los Reyes Magos, san Ignacio de Loyola y sus compañeros), los jóvenes ignacianos que se encuentran en San José, Costa Rica, vivieron su primera experiencia MAGIS con una peregrinación hacia la Basílica de la Virgen de los Ángeles, en la provincia de Cartago, en un recorrido de 22 kilómetros.

Previamente, el P. Leopoldo Galdámez, S.J., Coordinador de MAGIS en Costa Rica, en la misa de envío animó a los peregrinos a vivir esta experiencia unidos en una misma fe y esperanza. Luego de una sesión de calentamiento y estiramiento para no sentir malestares musculares durante el recorrido, los jóvenes partieron rumbo a la Basílica a las 11 de la mañana. Fue muy divertido ver a la caravana mezclarse entre el tráfico de la ciudad y ¡empeorarlo!

La primera parada fue en la parroquia de Nuestra Señora del Pilar alrededor de las 13:30. En este lugar los jóvenes pudieron servirse una merienda y descansar un poco. Después, reanudaron el recorrido, pero esta vez el camino iba develando más árboles, subidas y la temperatura iba descendiendo. ¿Alguna queja? Pues no. Los jóvenes no perdieron los ánimos y siguieron el camino.

La segunda parada para tomar aliento se realizó en la capilla de Quircot, un lugar colonial de la provincia de Cartago, muy antiguo y precioso. Este lugar sirvió para que los peregrinos pudieran tomar un refrigerio y recargar energías. La organización -luego de evaluar los kilómetros que faltaban, el frío que cada vez era más intenso y la noche que se acercaba- decidió proponer terminar el recorrido a pie en ese lugar y emprender el resto en buses. Fue sorprendente escuchar por unanimidad cómo los peregrinos dijeron: “seguiremos a pie”.

A las 19:00, los jóvenes llegaron a la Basílica de Nuestra Señora de Los Ángeles y la alegría y emoción por haber culminado el recorrido se dejó ver en los rostros que pese al cansancio y el frío nunca dejaron de mostrar entusiasmo. “Valió la pena toda la travesía”, expresaron algunos, mientras que otros dijeron “tenía mucho frío, pero aquí, ahora, se me calentó el corazón”.

En ese momento, Danas, un joven de la delegación de Lituania, pidió permiso para cantar el himno de su país porque cada 13 de enero se recuerda el Laisvės gynėjų diena (el Día de los defensores de la libertad). Grande fue la sorpresa para Danas y para todos los lituanos, pues les invitaron a cantar el Himno de Lituania dentro de la Basílica.

Así, ante el altar, todos tomados de la mano escucharon en lituano y entre lágrimas un himno que reflejaba el sufrimiento de un pueblo al que ahora los jóvenes consideran como hermano. Una joven mexicana se acercó a una peregrina de la delegación de Lituania; la abrazó ycle dijo “I am really moved” (estoy muy conmovida).

Danas con los ojos llorosos agradeció ese momento de fraternidad, de sintonía y le dijo “This is MAGIS, thank you” (esto es MAGIS, gracias). Realmente, una experiencia de caminar en la fe como hermanos.